NAI NON HAI MÁIS QUE UNHA E A TI ATOPEITE NA RÚA

Eres un anaquiño arrancado a tu madre y lo sabes. Una madre es un cáctus, lo aguanta todo, se rompe para sembrarte.

Una madre se deja la vida dándola. Una madre son los desvelos, las estrías, la falta de sueño, las tetas caídas.

Días y días de tomas pañales bibes lavadoras. Y noches en vela, salas de espera, infinitas, en urgencias.

Una madre es la reina de los pesos y medidas, de los ingredientes naturales, la fruta de temporada, la dosificación del Dalsy, la agenda de vacunaciones, el excel de los percentiles de crecimiento.

Consejera, pañuelo, dulce de leche, alfajor y palomitas. Juegos, juguetes, disfraces y maquillajes.

Tutorías, forrado de libros, repaso de deberes, trigonométrica meiga de los cuadernos.

Untadora oficial de Nocilla, de crema solar del 50, controladora de piojos y otras plagas. Llegadora, extenuada, a fin de mes con la cartilla viva, la despensa llena, la palabra amable, el gesto dulce, el abrazo recarga-móviles.

Madre sólo hay una y dura siempre porque está aun cuando no está. Viva esa magia y viva la madre que me parió!