CHEGAR E ENCHER

Expresión Lalinense pronunciada por primera vez por el obispo de Cartagena en una Festa do Cocido del año 3.254 A.C.

La expresión se popularizó siglos después en boca de Julio César, intérprete de canción ligera italiana ganador del primer Festival Di San Remo.

Julio César (nombre de artista donde los haiga) llegó en patera desde las costas alicantinas (estaba muy mal el tema de la industria del sol en la época) al Festivale, y después del voto del jurado proclamó aquéllo de Vini Vidi Vinci.

Chegar e enger, en definitiva, es caer de pie, meterla o hacérsela meter, enhebrar la aguja sin cagarse en dios, sacarse el carné a la primera, debutar con gol, llevar una participación del bar de Albacete donde sólo paraste a aliviarte y que te toque el gordo.

Chegar e encher o la antítesis de la realidad, la metáfora del contrakarma, el sueño que es la vida (y los sueños, sueños son).
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